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Bodegas San Alejandro: un viaje al corazón de la garnacha en Calatayud

En pleno corazón de la comarca de Calatayud, en la provincia de Zaragoza, se alza una bodega que ha sabido conjugar tradición, innovación y pasión por la tierra: Bodegas San Alejandro. Fundada en 1962 en el pintoresco pueblo de Miedes de Aragón, esta cooperativa es hoy un auténtico referente de la garnacha, esa variedad de uva que encuentra en estas tierras áridas y montañosas su máxima expresión.

Visitar Bodegas San Alejandro es mucho más que hacer una cata de vinos: es sumergirse en la cultura vitivinícola de la denominación de origen Calatayud, una de las más singulares de Aragón. Sus viñedos se sitúan entre los 800 y 1,100 metros de altitud, convirtiéndose en uno de los cultivos de garnacha más altos de España. Esta particularidad geográfica, junto con la influencia del clima continental y los suelos pedregosos, imprime a sus vinos una personalidad única, marcada por la frescura, la intensidad aromática y la mineralidad.

La bodega abre sus puertas a los visitantes con una hospitalidad aragonesa que enamora. Un recorrido guiado permite adentrarse en sus modernas instalaciones, donde la tradición artesanal convive con la tecnología más puntera para cuidar cada detalle del proceso de elaboración. Durante la visita, uno puede conocer la historia de las más de 350 familias viticultoras que forman parte de la cooperativa, cuyo trabajo incansable ha posicionado a San Alejandro como un referente en la exportación de vinos de calidad.

Uno de los grandes atractivos para los enoturistas es la experiencia de recorrer sus viñedos centenarios de garnacha. Caminando entre cepas retorcidas que parecen esculturas naturales, se comprende por qué esta variedad se ha convertido en su insignia. La garnacha de Calatayud se caracteriza por producir vinos potentes pero equilibrados, con aromas a fruta roja madura, notas florales y matices especiados. Entre sus etiquetas más reconocidas se encuentra la gama Baltasar Gracián, un homenaje al célebre escritor barroco aragonés, que resume a la perfección la elegancia y el carácter de estos vinos.

Después de la visita, nada mejor que una cata dirigida en la sala de degustación, con vistas a la Sierra de la Virgen, para dejarse sorprender por la diversidad de matices que ofrece cada copa. El personal de la bodega se encarga de explicar cada vino con detalle, guiando el paladar a través de un viaje sensorial que culmina con la posibilidad de adquirir botellas exclusivas en su tienda.

Pero la experiencia no termina aquí. Bodegas San Alejandro invita a explorar la comarca de Calatayud, una tierra repleta de historia, monasterios, castillos y paisajes de viñedo que cambian de color con cada estación. Muy cerca, el Monasterio de Piedra o los balnearios de Alhama de Aragón completan una escapada perfecta para quienes buscan maridar vinos excepcionales con cultura y naturaleza.

En definitiva, Bodegas San Alejandro no solo produce vinos de garnacha de renombre internacional, sino que ofrece al visitante una inmersión total en la esencia de Aragón. Un destino que combina enoturismo, tradición y la calidez de una tierra que sabe compartir su tesoro más preciado: la garnacha.

Agradeciendo a

Consejeria de Turismo de España en México

http://spain.info/es/

Zaragoza Turismo 

https://www.zaragoza.es/sede/portal/turismo

Turismo Aragón 

http://turismodearagon.com

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