Bajo el distintivo sello de excelencia culinaria de Grupo RosaNegra, Mestiza Polanco abrió sus puertas con una velada inolvidable que fusionó gastronomía, música y el alma vibrante de Latinoamérica.
Desde el primer instante, la atmósfera invitaba a una experiencia sensorial: luces tenues, el aroma de especias y brasas en el aire, y un vaivén de notas musicales que creaban el escenario perfecto para descubrir los sabores de una cocina que rinde homenaje a la tradición con una mirada contemporánea.
El menú de tres tiempos diseñado para la ocasión fue una oda a la riqueza gastronómica latinoamericana. Como preludio, el carpaccio de res y los elotes rostizados ofrecieron un equilibrio entre la sutileza de los cortes finos y el carácter ahumado del maíz, en una combinación que evocaba los sabores más arraigados del continente, de la mano de una burrata en mole el cual con su sabor almendrado evoca la comida casera y sazon balanceado, finalizando con un plato de aguachile de camaron el cual te invitaba a seguir.
El segundo tiempo se engalanó con el plato fuerte, convirtiendose en el protagonista de la noche: una pasta orzo que absorbió la esencia de la costilla de res horneada por 12 horas, enriquecida con la untuosidad del queso azul y un sutil perfume de aceite de trufa, creando una experiencia gustativa intensa y reconfortante, una carne que al verla con un habanero tatemado a un lado te incitaba a arriesgarte sin temor al que pasará, una ensalada de chorizo con jitomate y arugula y unos esparragos a las brasas te decian que era lo más ligero de la noche por lo que podías seguir disfrutando del menú perfectamente balanceado para los comensales.
Para cerrar con elegancia, un helado de pistache con aceite de oliva demostró que el postre puede ser un juego de contrastes y matices inesperados, seduciendo el paladar con su cremosidad y profundidad de sabor acompañado de un pastel helado con palomitas garapiñadas dejaron mas que satisfechos a los invitados.
Las bebidas seleccionadas para acompañar la velada fueron un tributo a los cócteles clásicos de la región: los tradicionales cantaritos, frescos y cítricos, y los mojitos, con su inconfundible frescura de menta y ron hasta bebidas más sofisticadas preparadas con vodka, sotol y otros destilados quienes en la boca de los meseros sonaron como la mejor idea para cerrar el apetito. El ritmo latino se sintió en cada rincón, con el vibrante sonido de los bongos, un saxofonista en vivo y un DJ que mantuvo la energía en su punto álgido hasta la última copa servida.
Mestiza Polanco no solo redefine la alta cocina con su propuesta accesible, sino que invita a los comensales a vivir la gastronomía como un acto de celebración. En un espacio donde cada detalle está cuidadosamente diseñado para cautivar, la experiencia va más allá de lo culinario: es un viaje sensorial, un encuentro con la esencia de Latinoamérica y una invitación abierta a regresar una y otra vez.
El en lugar se vieron invitados de la vida social y nocturna en las mesas.
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🌐 Sitio web: mestizarestaurants.com
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